Nadie hubiera imaginado que los desplantes de mis entonces compañeros de trabajo iban a darme la oportunidad que ellos nunca alcanzarían. Corría el año 1995, se disputaba la segunda vuelta electoral que dio como ganador a Alvaro Arzú. Yo era entonces una simple presentadora de noticias internacionales en Noti-7 que no se conformaba con "leer noticias " solamente. La noche antes de las elecciones, mis compañeros se adueñaron de la mesa de presentación, dejándome sin la posibilidad de conducir el noticiero como estaba planificado . Como no me gustan los pleitos accedí a realizar "enlaces en vivo " desde una ubicación distinta, sin saber que alguien estaba observando el desempeño de todos nosotros. Ese alguien era Rubén Luengas, un experimentado periodista que no solo había venido a cubrir las elecciones sino también a identificar al próximo corresponsal en Guatemala para la cadena CBS TELENOTICIAS. Luego de varias horas de estar de pie , entrevistando a cuanto personaje pasaba por la puerta a la que me habian relegado, se me acercó este caballero y con la característica facilidad de palabra de los periodistas mexicanos, me hizo una serie de preguntas que mas tarde me abrirían las puertas a las cadenas internacionales.
Durante la cobertura platicamos varias veces y no fue sino hasta el final que me exhortó a enviar un demo de mi trabajo y así lo hice. Le comuniqué mis intenciones a mi entonces jefe Don Luis Rabbé y el me dió todo el apoyo que necesitaba. Sin titubeos me facilitó el equipo humano y técnico para hacer mi primera nota, además de unirse a la exhortación para que probara otros horizontes.
Tras ocho días de espera fui notificada por la cadena que debía firmar mi primer contrato. Sobra decir que me percaté de la magnitud de lo que estaba haciendo hasta ese momento.
Todo esto me llevó a darme cuenta que la "cima" que todos los presentadores de televisión nacionales creemos haber alcanzado, es una meta volante que adolece de profundidad periodística.
Mi primera nota y talvez por eso aún no siendo católica cubrí esa vez y todas las que siguieron con todo el entusiasmo del mundo , fueron los preparativos para la visita de JUAN PABLO II , el 29 de enero de 1996.